6. El deseo en el predominio de alguna de las cinco oseis o taiheki


Nuestra manera de reaccionar e interaccionar con los demás, con la vida y con el mundo es diferente según nuestra infancia, sexo, formación, cultura, trabajo, país y un largo etcétera.

Pero debajo de estas circunstancias que nos han tocado vivir, está el deseo de la vida que se manifiesta espontáneamente según la osei que está activada en cada momento y según la importancia que cada osei adquiere en cada uno de nosotros.

Haruchika Noguchi desveló que esta combinación irrepetible de las cinco oseis en más y en menos conlleva el predominio de alguna o algunas de ellas desde la gestación.

Lo llamó taiheki: el hábito del cuerpo u organismo. Como era usual en su tiempo, lo expuso como tipologías, lo denominó con números y con la dirección de tensión-distensión, reservando los impares para los extroversivos o dinámica más y los pares para los introversivos o dinámica menos.

Los tipos I y II, arriba-abajo: el predominio de la osei vertical.

Surge el deseo de pensar ordenadamente, objetivar las informaciones, planificar los tiempos y contemplar la globalidad. Percibe el espacio general, el tiempo lejano y el altibajo de la onda. Morfológicamente, el predominio del gran sistema nervioso hace que la cabeza sea grande con la cara como un triángulo invertido. La acción prioritaria del movimiento vertical promueve un cuello alargado y erguido hacia arriba, miembros delgados y dedos alargados y fuertes. Camina erguido, tocando el suelo casi de puntillas, con un porte liviano y elegante.

Los tipos III y IV, izquierda-derecha: el predominio de la osei lateral.

Surge el deseo de expresar las emociones, el gusto o disgusto, la comunicación, la compañía y la amistad. Percibe el espacio y el tiempo indefinidos y el timbre o armónico natural de la onda. Morfológicamente, el predominio del gran sistema asimilo-circulatorio produce un abdomen amplio que sobresale hacia delante. La cabeza es pequeña y está más desarrollada en el lóbulo temporal con una cara en forma de huevo. La acción prioritaria del movimiento lateral hace que la espalda tenga una gran cifosis en la zona media. Las nalgas son voluminosas y sin fuerza muscular. Los miembros son finos. Hay una gran diferencia entre el lado izquierdo y el derecho. Camina balanceándose hacia los lados, con un porte suave y delicado.

Los tipos V y VI, delante-detrás: el predominio de la osei frontal.

Surge el deseo de actuar con eficacia, dirigirse a un objetivo-meta, sin obstáculos, con la mayor rapidez. Percibe el espacio unidireccional, el futuro inmediato y el ritmo o avance de la onda. Morfológicamente, el predominio del gran sistema motor-combustivo hace que los hombros sean grandes y fuertes y la cavidad pectoral, amplia. La cabeza está desarrollada en el lóbulo frontal, con una cara en forma de cuadrado. La acción prioritaria del movimiento frontal promueve un cuello robusto e inclinado hacia delante y unos glúteos inferiores sobresalidos en una cadera pequeña. Los miembros son musculares, alargados, con huesos y articulaciones muy resistentes. Camina rápidamente hacia delante, rítmicamente, con un porte atlético.

Los tipos VII y VIII, rotatorio: el predominio de la osei rotatoria.

Surge el deseo de luchar o defenderse definiendo y vigilando el territorio alrededor. Percibe el espacio y el tiempo circundantes, la presión exterior, la grandeza y la intensidad variable de la onda. Morfológicamente, el predominio del gran sistema eliminatorio-reciclador hace que la cintura sea amplia y fuerte. La cabeza está desarrollada en el lóbulo temporal con un pómulo de la cara más abultado y la boca tiende a torcerse. La acción prioritaria del movimiento rotatorio promueve un cuello corto y torcido. Las articulaciones de los miembros están abultadas. Camina girando notablemente la cintura, pisando fuerte, con un porte seguro.

Los tipos IX y X: el predominio de la osei central.

Surge el deseo de amar, de confiar, de contenernos y sentirnos el centro del universo. Percibe el núcleo del ser, la vida y la muerte, el espacio y el tiempo infinitos y la intensidad constante o densidad de la onda. Morfológicamente, el predominio del gran sistema reproductor-regenerador- conjuntivo hace que la pelvis sea sólida con los glúteos mayores sobresalidos hacia atrás y que todo sea compacto, denso y pequeño. La cabeza es pequeña y abultada en la zona del cerebelo. La acción prioritaria del movimiento central hace que el cuello, grueso y fuerte, se hunda hacia abajo y adentro, incrementando su lordosis. Los miembros son compactos y las manos y los pies, pequeños. Camina desplazándose como si no moviese nada y no hubiese dirección, con un porte silencioso y ensimismado.