El movimiento espontáneo nos ha formado en la gestación, nos ha hecho nacer, crecer y nos mantiene vivos.
Mediante movimientos internos y movimientos externos realizamos nuestras funciones vitales y expresamos nuestra vida.
Cuando las exigencias del entorno, el condicionamiento o la inhibición nos impiden manifestarnos, no podemos realizar nuestro espontáneo, acumulamos la vitalidad inhibida y nuestro organismo se debilita.
El bloqueo persistente del movimiento externo repercute en el movimiento interno causando el trastorno físico y el malestar psíquico: la pérdida de la salud.
Cuando el movimiento espontáneo cesa, la vida se extingue.
Movimiento, un aspecto fundamental para el desbloqueo. Con las prácticas de Katsugen puedes recuperarlo.